Fundecor - Montería - Colombia
Fundación para el Desarrollo Empresarial de Córdoba

Montería - Córdoba - Colombia - Sur América
 
 

HISTORIAS DE VIDA DE DESPLAZADOS

Relatos personales de personas de carne y hueso que viven el drama de ser desplazados por la violencia en el noroeste de Colombia.

HISTORIAS DE VIDA
DOLLYS MORA GONZÁLEZ es una desplazada por la violencia de la población de Juan José, en el Alto Sinú, [Córdoba - Colombia - Sur américa].

Hoy vive en Montería [Córdoba - Colombia - Sur América] tratando de reconstruir su vida y la de su familia, gracias a la ayuda de instituciones como FUNDECOR y FUPAD.

 

"LA VIDA ES BONITA, ASÍ SEA AGUANTANDO HAMBRE"

DOLLYS MORA GONZÁLEZ

Monteria, enero 8 de 2002

Hubieron muchas masacres. Eso lo veíamos, nosotros no lo vimos porque no subíamos más arribita y que entonces no esperamos. Había mucha gente que llegaban y les decían pues tienen que salir inmediatamente, entonces eso nosotros no lo esperamos, nosotros salimos antes que nos fueran a agredir o a matar a alguien de la familia. Como la familia de nosotros es poquita, entonces vivíamos todos en una casita y salimos. Ajá, entonces tuvimos ese logro. Por el miedo de que...

- ¿Ustedes vivían en una finca?

Si, una finquita, pero no de nosotros.

- ¿No era de ustedes?

No era de nosotros. Nosotros teníamos cinco años de estar viviendo ahí. Entonces cuando ya empezó eso a, por ejemplo, a ponerse malo, a matar la gente, muchas masacres por allá, nosotros fuimos vendiendo poquito a poco los animalitos, lo poquito que teníamos, gallinitas y eso, entonces, no, vamos.

Nos preguntaban, ¿ustedes se van a ir?, no, no nos vamos a ir, porque no sabíamos que porque nos preguntaban. Entonces nosotros salimos tranquilamente sin que..., no sacamos nada porque todo lo fuimos vendiendo allá. Sacamos los chocoritos, tampoco era que teníamos tantas cosas, porque no teníamos muchos años de vivir por allá.

- ¿Ese Juan José, dónde es?.

Eso es de Montelíbano parriba, por el río, se iba uno en "johnson", bajaba en "johnson", ya ahora hay carretera, ya uno se viene en carro, se va en carro. Entonces así fue que nosotros no esperamos, eh, porque a veces habemos muchas personas que esperamos la muerte, porque eso es esperar la muerte, entonces nosotros no esperamos eso. Un, como le diría, como un trayecto como de aquí a allá a la salida de esta calle, hubo una masacre grandísima, hacían como tres días, cuando nosotros no venimos, y eso se veía y se veía, mejor dicho la gente, entonces nosotros, no yo soy muy nerviosa, yo dije no, vámonos, aunque sea a pedir o algo por ahí , porque la vida es bonita, así sea aguantando hambre (risa).

Bueno, llegamos aquí a Montería, al principio nos fue bien porque trabajábamos, nos iba bien, pero ya después tiempos se nos empezó a poner malo, un hermano mío me ayudaba y él me quitó esa ayuda y se fue de aquí, y me dejó aquí sola, ya quedamos nosotros, luchando y luchando, hasta que llegamos al Minuto de Dios, allá nos han dado mucha ayuda. Inclusive del Minuto de Dios nos pasaron a Fundecor, en Fundecor nos hicieron el primer préstamo, y ahí empezamos a trabajar, a trabajar, hasta que llegamos aquí al quiosco. Cuando me hicieron el primer préstamo en Fundecor fueron cien mil pesos, yo empecé a trabajar aquí. Yo empecé vendiendo.., hacía dos libritas de arroz, compraba tres libras de hueso, pero que ya hoy en día ya yo, pues, tengo una clientela y que me está yendo, pues, más o menos. Pagué el primer préstamo, ya me hicieron el segundo, y voy, pues, quedando bien

Quiosco de Dollys Mora González en Montería - Colombia - Sur América
Dollys Mora González tiene un quiosco para la venta de comidas en una de las principales calles de Montería [Córdoba - Colombia - Sur América], gracias a los créditos y capacitación de Fundecor y Fupad.

- ¿Quién le habló a usted de Fundecor?

Allá en el Minuto de Dios, la doctora, fue una de las, como se llama, Eunice, la ojitos gatiao, ella fue allá, porque allá nosotros nos reuníamos los viernes, nos hacían reuniones allá en el Minuto de Dios. Entonces la doctora fue allá, con otro muchacho, entonces ya, ya nos, nos pusieron en, que nos iban a hacer el préstamo. Entonces ya nosotros empezamos a ir a Fundecor, que fue cuando ya empezamos a... entonces no..

- ¿Su familia cómo era, cuándo vivían allá en Juan José, quiénes eran?

Mi familia son, mi esposo se llama Raúl Lobo, mi hija se llama Yarima, y los nietecitos Cindy Paola, Eliana, y un niñito que tenemos que nos regalaron pequeñito, y ya tiene diez años, se llama John Fredy, y yo y el yerno mío, pero que el yerno mío él no ha tenido ayuda porque cuando venimos desplazados que fuimos a sacar el papel, la señorita como que le dio, se le olvidó, y no lo anotó, entonces aparecemos en el desplazamiento somos seis, tres niños y nosotros tres, mi hija, mi esposo y yo, y los tres niños, eso somos toda la familia.

- ¿Cómo cree usted que Fundecor y Fupad le han contribuido a mejorar su condición de vida?.

¿Como creo?. Pues que , como me ha hecho esos préstamos, pues yo con eso ha adelantado, ha rendido, y me ha hecho como a ser más gente, y la gente me trata bien, todos nosotros, usted sabe que estuvimos haciendo un curso allá, pues me parece bueno, muy bueno, nos ha dado mucha ayuda, mucha esperanza, cualquier cosa que no entendamos nosotros le preguntamos y nos explican, entonces...

- ¿Cuántas personas trabajan aquí en su negocio?.

Aquí trabajamos todos los de la familia, mi hija, mi yerno y yo somos los que más, porque mi esposo trabaja, como hacemos cosecha, entonces él, como es mayor, él se queda allá; como a nosotros nos dieron una posada allá un señor que él está cuidando unos lotes que están en construcción, entonces cuando nos echaron de acá que nosotros teníamos una casa ahí que nos habían dado, entonces nos sacaron, entonces nosotros no teníamos con que pagar un arriendo, no teníamos donde vivir, entonces ese señor dijo que él nos iba a dar allá una posada, entonces nos fuimos para allá, o sea que hizo un año en diciembre y que nos fuimos para allá, entonces allá hay lotes desocupados que uno puede sembrar arroz, fríjoles, maíz, yuca; nosotros de todo eso hemos sembrado.

- ¿Y eso a donde es?

Eso queda entre medio de La Castellana y el canal, por la 59, queda eso. Inclusive la doctora Sandra ha ido allá.

Vivienda de Dollys Mora González en Montería - Colombia - Sur América
Dollys Mora González vive con su familia en una rústica vivienda de un lote en construcción en Montería [Córdoba - Colombia - Sur América], gracias a la ayuda del vigilante del mismo. Allì su esposo siembra cultivos de pancoger.

Yo por ejemplo gente, trabajadores aquí nunca he tenido, porque el negocito todavía no me ha organizado bien pá..

La semana, hacen como tres semanas nos robaron, se metieron dos veces aquí y nos robaron las cositas que, lo que fue loza y eso, nos robaron, rompieron, sabe que la gente siempre no deja trabajar a uno cuando uno quiere trabajar.

- ¿Pero siempre tienen algunos ingresos aquí, cuánto más o menos?

Si, siempre nosotros, ahora mismo esto está así un poco pesadito, pero que nosotros si , si, cuando empezamos; ahora mismo tengo el problema de la luz, que este quiosco no los arrendó una señora, entonces le pagábamos tres mil pesos diarios, todos los días, todos los días; entonces este quiosco tenía un problema que los que trabajaban aquí no pagaban los servicios y deben dos millones y pico de luz, entonces a nosotros a nos cortaron la luz, nos quitaron la luz, entonces ya no nos dejan trabajar con nada frío, porque no tenemos luz, y cuando nos robaron se robaron la unidad de la nevera; ahora estamos sin nevera también, pero que esto es de Postobón; Postobón nos da el quiosco y la nevera y, pa que nosotros le compremos el producto a éllos. Entonces ahora estamos en las vueltas de que nos van a colocar otro quiosco ahí, pa que nos hagan la inscripción de la luz, pero en la alcaldía no nos quieren dar el permiso.

- ¿Y diariamente vende cuánto en promedio aquí?

Vea, hay veces que vendo cuarenta mil, que vendo treinta mil, como hay veces que vendo cincuenta mil, porque como también tengo a gente que le acredito, me pagan semanal, quincenal, entonces sea que hay quincena que yo reúno, así en efectivo, reúno ciento cincuenta, doscientos, así bueno; claro que ya del mes de noviembre para acá se ha puesto pésimo, porque como de aquí comemos, de aquí sacamos los gastos de todo...

- ¿O sea, pero el quiosco sí les da para vivir bien?.

Si señor, el quiosco nos da, y ahora que arreglemos el problema de la luz la cosa ya se nos acomoda más; ahora mismo estamos haciendo pa la comidita (risa), no nos queda, pero la comidita que es la que uno a veces, es lo que es más importante, cierto, que uno necesita más cosas, pero que, ajá.

- ¿Qué otras cosas cree que necesita para mejorar sus condiciones de vida?.

¿Qué otras cosas?. Muchas profe, por que... (risa).

- ¿Cómo cuáles?

Por ejemplo, vivienda, cierto, tener una casita, no será quinta, pero una casita para uno estar, porque, por ejemplo, nosotros ahora mismo estamos viviendo ahí, verdad, estamos arrecostados, lo que uno dice acá, arrecostada, ajá, el día que ese señor ya se aburra con nosotros nos dice bueno ustedes se van de aquí, nosotros nos tenemos que ir, porque eso no es de él tampoco; entonces eso es lo que más necesita uno pa, porque uno en la casita de uno uno está ahí, no hay quien lo moleste, no hay quien le diga te vas de aquí, pues si uno tiene el loro salió a trabajar y trabaja, y va uno siguiendo adelante. Pero si uno está, por ejemplo, uno alquila, nosotros arrendamos una casa, un apartamento, aquí vale un arriendo vale cien mil pesos, ciento cincuenta mil pesos, pueda que aquí hagamos esa plata en el mes, pero entonces lo demás; uno necesita la ropita, necesita muchas cosas, y que uno tiene niños también pequeños, que se le enfermaron, la medicina, entonces..

- ¿Y usted que piensa para el futuro, quedarse en Montería, o piensa algún día regresar..?

¿Otra vez para allá?

- Sí.

Ni soñando, yo nunca he pensado, no, no, porque es que ya uno que sale de allá...., hay mucha gente que regresa, porque, ajá, tienen sus tierras propias, y nosotros cómo; pero yo digo ni que las hubiera tenido, porque quizás las hubiera vendido y acá hubiera comprado, de algún modo hubiera comprado, pero regresar nada. Para atrás, ni para coger impulso (risa).

- ¿Y aquí qué piensa, entonces, quedarse en el quiosco o hacer otras cosas?.

Sí, pienso hacer otras cosas.

- ¿Qué piensa?.

Por ejemplo, ahora estamos pensado esto, yo digo estamos pensando porque yo pienso yo, mi hija y mi yerno, que somos los tres que pasamos juntos; estamos pensando colocar el quiosco, ahora que ya nos arreglen el problema de la luz, y después de eso mi yerno se va a poner a trabajar, y la hija mía, y si ya me quedo yo entonces aquí en el quiosco para poder seguir más adelante. Porque una cosa y otra, pues, ya son tres cosas, cierto, y rinde más, y si pues la cosa mejora, pues aquí trabajamos todos, pero que ya vamos buscando la forma de hacer un ahorro para ver si conseguimos una casita.

- ¿Las hijas suyas que edad tienen, son grandes ya o son pequeñas?

No, una sola, yo apenas tengo una sola hija, y mi hija tiene dos niñas, tiene una de nueve años y una de dos años, y un niño que nos regalaron pequeñito, cuando nació nos lo regalaron y nosotros lo criamos, que ya tiene diez años.

- ¿Qué hacen los niños?.

La niña, la de nueve años, está estudiando. El niño no ha estudiado, porque me ha salido así como muy travieso, lo colocó al colegio y otra vez lo tengo que sacar (risas).

- ¿Aparte de los beneficios que está recibiendo de Fundecor y Fupad, lo que es crédito y capacitación, que otros beneficios le gustaría recibir?.

¿Cómo, como para yo seguir adelante? Bueno yo, pues yo, quería recibir mucho profe, porque ajá, pero diga usted, pero, ¿que digo yo?. Si yo digo: yo quiero que me ayuden a conseguir más...

- ¿Más en qué, para qué, por ejemplo, otro quiosco?.

Otro quiosco, ¡no, otro quiosco no!, otro trabajo, otra cosa que...

- ¿Cómo qué, por ejemplo?.

¿Para yo trabajar?

- Sí. ¿Qué le gustaría?.

A mi me gustaría como poner otro negocio, que no fuera el quiosco, cierto.

- ¿No le gusta la actividad que está haciendo?.

Si me gusta, porque está es la que más he ejercido yo siempre, porque para eso es que estoy preparada; yo no estoy preparada para otras cosas como, ajá nada,, la hija mía, como élla es joven, pues élla ha siempre ha estudiado y de pronto élla sí, hay algo para élla, cierto, algo más...

Dos mil seiscientos (un cliente paga).

- ¿Por dónde íbamos?.

(Risa)

- Me estaba comentando sus sueños, a ver qué... ¿Además del quiosco, qué otra cosa quisiera hacer?

Ajá, como le dije yo a él, pues la actividad que yo ejerzo, esa es la que sé, no estoy preparada para más nada, por ejemplo modistería, que entiendo un poquito. Pues, también trabajar un trayecto, ... entonces ahí la hija mía que élla , que hubiera querío que élla hubiera estado aquí, verdad, para que élla hubiera hablado y hubiera dicho a ver que más le gustaría a élla.

- Pero podemos invitarla.

Exacto.

- ¿Y usted dice que usted no regresa más allá?

No, no regreso

- ¿Y eso fue tan terrible, eso allá?

Hay, cosas horribles que uno oye y que uno ve

- ¿A usted le tocó presenciar alguna masacre?

- ¿Cómo qué, qué cosas, de amigos?

No, amigos no, de mis amigos no. Pues a mi me mataron muchas familias por allá, tíos, primos, pero que eso yo nunca los vi, cuando los traían y eso, pero de verlos yo así, no, pero si que uno, usted sabe lo que es que uno salga por un camino y cuando de repente un muerto que se lo estén comiendo los animales, los perros, goleros, eso es horrible, ver uno una persona humana; de eso si vimos mucho por allá que salía uno de una parte para otra y en el camino encontrarse uno, dos, tres muertos, eso es horrible. A mí me dio mucho miedo, yo dije yo no voy a esperar esto..vámonos, vámonos, vámonos....

Uno en el campo vive bueno, porque, está uno acostumbrado y todo lo tiene, le da muy duro a uno cuando sale a la ciudad y que a veces uno tiene hambre y que no tiene que comer.

- ¿Y cuáles eran los rumores más frecuentes que se oían del porqué mataban a las personas?.

La gente, porqué, uh, decían que por qué eran sapos, que son sapos; vea, pa allá si uno, por ejemplo, allá si uno habla con la guerrilla, es malo; si uno habla con el ejercito, es malo; si uno habla con los paramilitares, es malo; entonces, a nosotros no nos pasó nada de eso porque nosotros con ninguno de esos grupos, nosotros estábamos en la casita y cuando veíamos venir el grupo ahí mismo nos entrábamos pa dentro, ellos pasaban por su camino. Cuando entró el ejercito, el ejercito entra con una pista, que van señalando donde quiera que entran estos grupos, donde entra la guerrilla y entran los paramilitares, entonces ellos van señalando, van señalando, y si aquí entran, si yo vivo aquí y aquí entran, ahí mismo viene el ejercito y realizan con uno. Y si es la guerrilla es la misma cosa, si ellos saben que uno le sirve a la guerrilla ellos realizan con uno, si la guerrilla lo sabe es la misma cosa. Entonces nosotros nunca tuvimos ese problema porque nosotros veíamos venir la gente y nosotros nos disimulábamos por allá y no teníamos contacto con ellos. Y pasaban y le preguntaban a uno ustedes vieron esto, ¡no!. nosotros no hemos visto nada, no sabemos, yo no conozco; yo era la que más pasaba en la casa y me preguntaban, no, yo no sé, yo no sé. Y ahí nadie nunca me sacó.

- ¿Y allá que hacían?. ¿Cultivaban?.

Cultivábamos.

- ¿Qué cultivaban?

Sembrábamos arroz, maíz, yuca, ñame. De ahí uno vendía, y compraba, con lo que uno vendía compraba la ropita, la liga, la comida y la que uno....., bueno, porque allá siempre el arrocito lo mantenía uno ahí, el ñame, el plátano, la yuca, y ahí, por allá uno con eso se defiende la vida; pero que cuando eso pone malo uno no puede, yo no, a mi no me gusta volvé más por allá, yo mejó paso hambre aquí (risa).

A nosotros se nos puso una situación crítica, porque cuando uno viene del campo, cuando uno está acostumbrado a vivir en el campo, uno casi nunca trata con las personas mayores acá; por ejemplo yo decía que era imposible yo tratar con usted, cierto, que usted es un señor que tenga plata o tenga un buen empleo, entonces si yo le hablaba usted, usted a mí no me iba a contestar. Se piensa uno eso cuando uno es del campo, y que siempre yo toda la vida he sido del campo, siempre he vivido en el campo, y pues así me crié, como soy de la gente antigua, entonces yo así siempre he pensado; pero que yo en Fundecor aprendí mucho, aprendí a pensar, se que ahora después de vieja de que todos somos gente. Que porque el doctor fulano es el doctor fulano, yo no lo voy a saludar porque después no me saluda, porque yo soy desplazado, yo soy campesino, yo soy esto, ya a mi se me quitó ese complejo. Porque allá en Fundecor me enseñaron a que eso no es así, uno, todos somos gente. Si yo me lo encuentro, ¡cómo está profe!, usted me contesta. Y entonces, a veces yo decía, no, yo no lo voy a saludar porque allá con el doctor y de pronto no me contesta (risas).

- ¿Mire, y los niños, son sus nietos?.

Son mis nietos.

- ¿Se han acostumbrado ya a Montería?.

Si, están acostumbrados. La niña está estudiando, la niña salió muy inteligente, ya este año va a hacer quinto. Nosotros tenemos tres años de estar aquí, y ella ha estudiado, pero que este año ya para va para quinto. Un profesor nos ha estado ayudando en el colegio de élla; élla estudia en colegio pago, pero que nosotros pagamos la matrícula y el profe le da la mensualidad, entonces ahí empezó élla; ya este año termina la primaria, entonces él le dijo a mi hija que la dejara, que él la iba a ayudar en el bachillerato también.

- ¿Qué año va a hacer?

Ella va pa quinto, este año termina la primaria. Entonces que no la sacara de ahí, porque estábamos que nos queríamos ir, pa otra parte, pa otro pueblecito, pa otra parte, porque en realidad estábamos muy mal el año pasado, en diciembre del año antepasado, estábamos muy mal, estábamos pasando mucho trabajo, cuando ese señor allá nos dio la posada, entonces nos queríamos ir de aquí; entonces el dijo que no que, y el también nos ayudó mucho, que hiciéramos la manera y que ya después, cuando entonces, que nosotros llegamos aquí no sabíamos del Minuto de Dios, ni de nada, entonces otra gente fue que nos indicó, pues, que sacáramos un papel que le dan a uno de desplazado, que mostráramos y que vieran, que vinieran a ver que si éramos desplazados y que teníamos pruebas, y que allá nos daban una ayuda en la ....., fue cuando empezaron a ayudar allá. Fue cuando ya nos quedamos aquí, que ya pensamos que no nos íbamos a ir. Pero que pensábamos de irnos, porque había días que no conseguíamos ni pa la comida, se nos puso esto duro, duro. Porque éramos como amarraos, aturdíos, todo nos daba pena, entonces así uno pasa trabajo. Pero ya cuando fuimos al Minuto de Dios, allá, pues, nos dieron mercado, y todo, cobija, nos ayudaron bastante, todavía nos dan ayuda allá, allá todavía nos dan mercado, así de vez en cuando nos dan un mercadito.

Y ahora, pues, ahora estamos más amañados, porque ya ahora ya , ya ahora este segundo préstamo ya nos aumentaron la platica, ya de pronto ahora en el tercero, y como allá nos va quedando un ahorro en el banco. Porque allá le prestan la plata a uno y es bueno, porque uno paga la plata y le queda la platica en el banco, entonces....

- ¿Cuánto le prestaron a usted ahorita?

Ahorita me prestaron doscientos cincuenta, la primera vez me prestaron cien. Pero ahora se salió una compañera, por problemas con la otra compañera. Que yo les digo a éllas que cuando uno está así uno no puede está discutiendo, uno tiene, uno se reune y dialoga, cierto, se pone de acuerdo, pero ellas nunca se entendieron; la muchacha y que pagó toda la plata de élla.

Como ahora quedó fue la hija mía, por la idea del problema mío que yo no tengo la propia cédula sino apenas es la denuncia de la cédula, entonces, no, quedó la hija mía, con la plata de élla.

- Bueno, yo creo que nos ha contado usted una historia que sirve de ejemplo.

Si señor.


Dirección General:
Diego Luis Otero Berrocal
Apoyo Logístico:
Rocío Atilano Ayazo
Entrevista:
Carlos Crismatt Mouthon y Joaquín Berrocal Pérez
Diseño HTML y Multimedia:
Carlos Crismatt Mouthon
 

 
MAPA GENERAL DEL SITIO
| Fundecor | Historias de Vida | Programa Proniño | Fotos & Noticias |
| Portafolio de Servicios | Políticas de Uso del Sitio |
PROYECTOS PRODUCTIVOS
| Nuevo Horizonte | Puerto Libertador | Tierralta | Valencia |
| Resumen de Proyectos Productivos | Fotografías de Proyectos Productivos |


F U N D E C O R
Fundación para el Desarrollo Empresarial de Córdoba
Calle 22 N° 2 - 35
Teléfax: [094] 7822511 - Teléfono: [094] 7811922
E-mail: funde@col3.telecom.com.co
 Página Web: 
 fundecor.8m.com 

 fundecor.tripod.com 
Montería - Córdoba - Colombia - Sur América
Diseño: Carlos Crismatt Mouthon
© 2002

R e g r e s a r